“Tener un hijo no te hace padre, como tener un piano no te hace pianista”
De esta manera se podría resumir cómo están educando muchos padres hoy en día a los niños. Mentiría si dijera que me gustan los niños, es más, me estoy planteando seriamente esterilizarme. Pero aunque no me gusten, no puedo evitar estar atento a ellos en lugares públicos, más si puede haber algo que los afecte, y en medida de mis posibilidades ayudarles para mí ellos son lo primero en un país.
Conozco en concreto dos casos muy cercanos de niños que están en una franja de edad de 14 años a 3.
Hay tres cosas que me alarman y me hacen pensar en la “deseducación” de los padres. Una: el abuso de las consolas en edades muy tempranas; dos el alarmante número de suspensos y la pasividad ante los mismos; tres los modales y educación.
Que un niño de 9 años tenga una PSP y un GTA suspendiendo todas las asignaturas me parece increíble. Claro, el niño está traumatizado por circunstancias familiares. Bueno, más traumatizado estaría si viviera en África y bebiera agua marrón, entonces, ¿qué es lo próximo para premiar al “cabezón”? ¿Una moto? Siguiendo en estos casos, si el cabezón tiene una PSP el otro caso no será menos. Claro que tenga 5 años y que para la consola en cuestión su público objetivo es gente de unos 18-25 años, con los videojuegos acordes a esa edad no es para meditarlo ni un poco. Y que un niño tenga antes una consola antes que saber a leer, pues tampoco es preocupante.
Los niños, pues no tienen la culpa, claro. La tienen los padres, y más cuando es una generación “joven”. Y digo esto porque no concibo, a menos que se viva en los mundos de Yupi, que un padre de 30 años no sepa mirar la edad recomendada de un videojuego, o ya que va a hacer un desembolso de 300€ por lo menos sepa qué producto compra (seguro que para comprarse el dolby surround se informa más). Tampoco entiendo que se permita al niño/a ser un gañán que no de palo al agua y no ser ni mínimamente tajante con los castigos que se le imponen.
Otra cosa que he advertido, tanto en sitios públicos como en conocidos, que los niños no son capaces de entrar en un sitio y decir un “Buenos días”, “Por favor” o un “Gracias”. Creo que aparte de por una educación mala, es también por una sobreprotección de los padres. Están tan protegidos que no ven la necesidad de hablar con desconocidos, ni para hablar ni para pedir algo, porque se da por supuesto que se les tiene que dar.
Sé que suena al abuelo cebolleta, pero esto en mis tiempos no pasaba. Alguien que suspendía un par de asignaturas era un “rebelde” y con 14 años o 16 se ponía a currar. Y cuando yo era pequeño (tengo 23) para la comunión regalaban un CASIO de esos chachis y un súper regalo era una tele de 14”. Vamos, que si te regalaban 20.000 pelas en regalos ya eras un poco pijo. Ahora no sólo se permite el mínimo esfuerzo, sino que además se premia.
Supongo que también tendrá que ver que actualmente como los dos padres trabajan para afrontar la dichosa hipoteca, pues el rato que están con los niños se abstendrán de ser “el malo de la película”, y que no se les puede educar de igual manera que con uno en casa.
Pero aún con todo no veo que los padres de hoy en día se lo curren. Los fines de semana los niños al parque. Y poco más, no conozco padres que cojan y se los lleven a Museos (hay muchas actividades para ellos), o que se curren un poco el ocio. Cuando trabajé en el Parque de Atracciones me harté de ver las mismas familias todos los fines de semana con el parque-bono. Una educación estupenda vamos.
Los padres de hoy en día no se están dando cuenta que están creado una nueva generación de niños Redondos, como lo definió el señor Patán, redondos mentalmente, físicamente, y sin traumas. Simplemente recordemos los nuevos programas de Coaching con libros vendiéndose como churros “SOS Adolescentes”, “Soy lo que como”. Estos programas y libros se han traído aquí por algo, y es que imagino, que esta situación, se da en muchos más casos que los que menciono.
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